El joven Gregorio
(1897-1911)
La infancia de Gregorio Prieto, su familia y primeros años de vida.
Valdepeñas
Gregorio Cándido Atanasio Prieto Muñoz nace en Valdepeñas (Ciudad Real) el 2 de mayo de 1897. Fueron sus padres Ciriaco Prieto y Bautista de Vivar y Froilana Muñoz y Sánchez Molero. Gregorio es el menor de una familia de ocho hermanos.
Dos años más tarde, fallece la madre de Gregorio y su padre contrae segundas nupcias con Tadea Solance Sánchez, quien ejercerá como auténtica madre para el pequeño.
La familia vive de un bazar instalado en los bajos de la vivienda: “Aquel bazar fue para mí un mundo fantástico, sorprendente. Se componía de todas las maravillas que puede soñar un niño. En realidad fue un mundo donde pude recrear mi imaginación”.
Dos años más tarde, fallece la madre de Gregorio y su padre contrae segundas nupcias con Tadea Solance Sánchez, quien ejercerá como auténtica madre para el pequeño.
La familia vive de un bazar instalado en los bajos de la vivienda: “Aquel bazar fue para mí un mundo fantástico, sorprendente. Se componía de todas las maravillas que puede soñar un niño. En realidad fue un mundo donde pude recrear mi imaginación”.
–
Gregorio Prieto.
Primeras pinceladas
Gregorio desde muy niño se sintió atraído por la pintura.
“Pintarrajeaba por todas partes, sobre todo con carbones, en esos muros blancos de Valdepeñas, que fueron mis primeros lienzos, en donde fui copiando a mi manera todo lo que veía, como en frescos al aire libre.”
“Pintarrajeaba por todas partes, sobre todo con carbones, en esos muros blancos de Valdepeñas, que fueron mis primeros lienzos, en donde fui copiando a mi manera todo lo que veía, como en frescos al aire libre.”
– Gregorio Prieto.
Traslado a Madrid
Con el fin de encontrar un futuro más ventajoso y prometedor, hacia 1910, la familia Prieto se traslada a Madrid, donde el padre establece un taller de ebanistería.
“Gregorio hasta muy pasada la adolescencia fue el niño mimado, pero entre tanta gente y jaleo, Gregorio parecía vivir solo, aislado en concentración, reservado a la vez que comunicativo y cariñoso; a pesar de ser muy niño era respetado instintivamente por todos”.
“Gregorio hasta muy pasada la adolescencia fue el niño mimado, pero entre tanta gente y jaleo, Gregorio parecía vivir solo, aislado en concentración, reservado a la vez que comunicativo y cariñoso; a pesar de ser muy niño era respetado instintivamente por todos”.
– Carmen Prieto, hermana de Gregorio Prieto.